Consideraciones de seguridad en una sala de crioconservación con nitrógeno líquido

Fecha:2023-09-12
Páginas vistas:496

El nitrógeno líquido (LN2) desempeña un papel vital en el mundo de la tecnología de reproducción asistida, ya que es el agente criogénico de referencia para almacenar materiales biológicos valiosos, como óvulos, esperma y embriones. Al ofrecer temperaturas extremadamente bajas y la capacidad de mantener la integridad celular, el LN2 garantiza la conservación a largo plazo de estas delicadas muestras. Sin embargo, la manipulación del LN2 plantea retos únicos, debido a su temperatura extremadamente fría, su rápida velocidad de expansión y los riesgos potenciales asociados al desplazamiento de oxígeno. Acompáñenos mientras profundizamos en las medidas de seguridad esenciales y las mejores prácticas necesarias para mantener un entorno de crioconservación seguro y eficaz, salvaguardando al personal y el futuro de los tratamientos de fertilidad. 


640.jpg


Minimización de riesgos en el funcionamiento de una sala criogénica


La manipulación de LN2 conlleva diversos riesgos, como explosión, asfixia y quemaduras criogénicas. Dado que la relación de expansión volumétrica del LN2 es de aproximadamente 1:700 – significa que 1 litro de LN2 se vaporizará para producir unos 700 litros de gas nitrógeno-, hay que tener mucho cuidado al manipular viales de vidrio. Una burbuja de nitrógeno podría romper el vidrio, creando fragmentos capaces de causar lesiones. Además, el LN2 tiene una densidad de vapor de aproximadamente 0,97, lo cual significa que es menos denso que el aire y se acumulará a nivel del suelo cuando la temperatura sea muy baja. Esta acumulación supone un peligro de asfixia en espacios confinados, ya que reduce el nivel de oxígeno en el aire. Los riesgos de asfixia se agravan aún más por la rápida liberación de LN2 para crear nubes de niebla de vapor. La exposición a este vapor intensamente frío, especialmente en la piel o en los ojos -incluso brevemente- puede provocar quemaduras por frío, congelación, daños en los tejidos o incluso lesiones oculares permanentes.

 


Mejores prácticas


Todas las clínicas de fertilidad deberían llevar a cabo una evaluación interna de riesgos en relación con el funcionamiento de su sala criogénica. En las publicaciones de los Códigos de Prácticas (CP) de la Asociación Británica de Gases Comprimidos (British Compressed Gases Association) se puede obtener asesoramiento sobre cómo llevar a cabo estas evaluaciones.1 En particular, el CP36 es útil para asesorar sobre el almacenamiento de gases criogénicos in situ, y el CP45 ofrece orientación sobre el diseño de una sala de almacenamiento criogénico[2,3].


640 (1).jpg


NO.1 Disposición

La ubicación ideal de una sala criogénica es aquella que ofrezca la mayor accesibilidad. Es necesario considerar cuidadosamente la ubicación del contenedor de almacenamiento de LN2, porque hay que llenarlo a través de un recipiente presurizado. Lo ideal es poner el recipiente de suministro de nitrógeno líquido fuera de la sala de almacenamiento de muestras, en una zona bien ventilada y segura. Para soluciones de mayor almacenamiento, el recipiente de suministro suele estar conectado directamente al recipiente de almacenamiento mediante una manguera de transferencia criogénica. Si la disposición del edificio no permite que el recipiente de suministro se ubique en el exterior, deben tener especial cuidado durante la manipulación del nitrógeno líquido y llevar a cabo una evaluación de riesgos detallada que incluya los sistemas de monitorización y extracción.


NO.2  Ventilación

Todas las salas criogénicas deben estar bien ventiladas, con sistemas de extracción para evitar la acumulación de gas nitrógeno y proteger contra el agotamiento del oxígeno, minimizando el riesgo de asfixia. Dicho sistema debe ser adecuado para un gas criogénicamente frío y estar conectado a un sistema de control del agotamiento de oxígeno para detectar cuándo el nivel de oxígeno desciende por debajo del 19,5%, en cuyo caso iniciará un aumento de la tasa de intercambio de aire. Los conductos de extracción deben situarse a nivel del suelo, mientras que los sensores de agotamiento deben colocarse aproximadamente a 1 metro por encima del nivel del suelo. No obstante, la colocación exacta debe decidirse tras un estudio detallado del emplazamiento, ya que factores como el tamaño y la distribución de la sala afectarán a la colocación óptima. También deben instalar una alarma externa fuera de la sala, que emita avisos acústicos y visuales para indicar cuándo no es seguro entrar.


640 (2).jpg


NO.3 Seguridad personal

Algunas clínicas también pueden optar por equipar a los empleados con monitores de oxígeno personales y emplear un sistema de compañeros por el que las personas sólo entren en la sala criogénica en parejas, minimizando el tiempo que una sola persona está en la sala en un momento dado. Es responsabilidad de la empresa formar a los empleados sobre el sistema de almacenamiento en frío y sus equipos, y muchas optan por formarlos por cursos de seguridad de nitrógeno. El personal debe llevar el equipo de protección individual (PPE) adecuado para protegerse de las quemaduras criogénicas, incluyendo protección ocular, guantes/guantes, calzado adecuado y bata de laboratorio. Es esencial que todo el personal reciba formación en primeros auxilios sobre cómo tratar las quemaduras criogénicas, y lo ideal es tener cerca un suministro de agua tibia para enjuagar la piel si se ha producido una quemadura.


NO.4 Mantenimiento

Un recipiente presurizado y un contenedor de LN2 no tienen piezas móviles. Eso significa que todo lo que se necesita es un programa básico de mantenimiento anual. Dentro de éste, debe comprobarse el estado de la manguera criogénica, así como cualquier sustitución necesaria de las válvulas de escape de seguridad. El personal debe comprobar continuamente que no haya escarcha en la zona, ni en el contenedor ni en el recipiente de alimentación, porque la escarcha podría indicar un problema del vacío. Si se tienen en cuenta todos estos factores y se sigue un programa de mantenimiento periódico, los recipientes presurizados pueden durar hasta 20 años.


Conclusión

Es de suma importancia garantizar la seguridad de la sala de crioconservación de una clínica de fertilidad donde se utiliza LN2. Aunque en este blog se han esbozado varias consideraciones de seguridad, es esencial que cada clínica lleve a cabo su propia evaluación de riesgos interna para abordar los requisitos específicos y los peligros potenciales. Asociarse con proveedores expertos en contenedores de almacenamiento en frío, como Haier Biomedical, es crucial para satisfacer las necesidades de crioalmacenamiento de forma eficaz y segura. Al priorizar la seguridad, adherirse a las mejores prácticas y colaborar con profesionales de confianza, las clínicas de fertilidad pueden mantener un entorno de crioconservación seguro, salvaguardando tanto al personal como la viabilidad de los valiosos materiales reproductivos.